¿Por Qué Escribimos Esta Guía?

Aunque nunca ha existido un enfoque estandarizado o tradicional para convertirse en compositor y ganarse la vida como tal, la composición como profesión quizás nunca haya tenido tantos matices.

Por ello, es importante que cualquier persona interesada en dedicarse a este oficio tenga una idea de todas las oportunidades y desafíos que puede encontrar un compositor al explorar el vasto y complejo panorama de la industria musical moderna.

El objetivo de esta guía es aclarar qué hacen los compositores, dónde suelen vivir y cómo se ganan la vida. La guía proporcionará una breve reseña del oficio de compositor, detallará los mercados en los que los compositores tienden a tener más éxito, y reiterará algunas de las diferentes formalidades de derechos de autor y flujos de ingresos que el compositor navegará en el curso de su carrera.

¿Para Quién es Esta Guía?

  • Aquellos que estén interesados en la composición de canciones y quieran aprender a dedicarse profesionalmente a este oficio.
  • Compositores que quieran tener una nueva perspectiva de cómo es la industria hoy en día.
  • Editores y otras partes interesadas de la industria que usan y licencian canciones.

Contenido

Resumen

En términos de derechos de autor y licencias, el compositor se distingue del artista. El compositor es la persona que crea los elementos melódicos, armónicos y líricos de una canción, mientras que el artista es simplemente la persona que la graba.

También es importante entender la diferencia entre un compositor y un letrista. Un letrista es alguien que sólo es responsable de la letra de una canción. Mientras que un compositor es una persona que suele escribir la letra de la canción, así como los elementos musicales de la misma.

El compositor obtiene un derecho de autor de composición por la creación de su obra, y el artista obtiene un derecho de autor de grabación sonora por la creación de su grabación.

Aunque los compositores y los artistas son a menudo las mismas personas (por ejemplo, Sara Bareilles escribe principalmente sus propias canciones y las graba), ambos son términos separados en la industria musical debido a la existencia de dos tipos diferentes de derechos de autor.

El oficio y negocio de la composición de canciones ha evolucionado mucho en los últimos años. Hoy en día, las canciones pop suelen crearse en el estudio sobre ritmos y líneas de bajo en colaboración con uno o varios productores.

Puede haber cinco o quince compositores incluidos en los créditos de la canción, todos los cuales están afiliados a diferentes organizaciones de derechos de ejecución y, por lo tanto, todos recibirán sus derechos de ejecución de diferentes maneras de diferentes personas.

En el mercado, la canción se consumirá principalmente por transmisión digital a través de varios proveedores de servicios digitales como Spotify, Apple Music o YouTube, por lo que el compositor probablemente recibirá pagos de regalías mecánicas que son muy inferiores a lo que un compositor habría recibido cuando las ventas de discos físicos estaban en su apogeo.

También existen numerosas oportunidades para que un compositor pueda colocar una de sus canciones en una película o programa de televisión, y se ha desarrollado toda una sub industria de licencias en torno a ese proceso, llamado sincronización.

La vida de un compositor ya no es lo que era: es más difícil serlo a tiempo completo y, sin embargo, hay muchas más formas de hacer llegar la música al mundo.

Antecedentes

Stephen Foster y los inicios de la industria de la composición en EE.UU.

Aunque las canciones y sus autores existen desde hace milenios, nuestra breve historia comienza con un hombre llamado Stephen Foster, quien, entre 1845 y 1855, compuso cientos de canciones populares clásicas estadounidenses, como "Oh Susanna" y "Camptown Races". Mientras Foster componía estas obras, las editoriales de Estados Unidos empezaban a darse cuenta de que se podían generar importantes ingresos vendiendo las partituras de las canciones populares.

Stephen Foster solía vender sus obras a las editoriales a precios mínimos, y las obras acababan valiendo mucho más que el precio original pagado. Una biografía de la Britannica sobre Foster dice que "nunca fue un empresario astuto a pesar de su talento, y en 1857, con dificultades financieras, vendió todos los derechos de sus futuras canciones a sus editores por unos 1,900 dólares”.

Las ganancias de sus canciones fueron, en gran parte, de los intérpretes y editores". Foster vendió "Oh Susanna" por 100 dólares, y le generó al editor unos 10,000 dólares (a finales del siglo XIX, esto equivalía a unos 170,000 en dólares de hoy en día).

Las cosas han cambiado mucho para los compositores desde la época de Foster, pero su historia es un ejemplo de las dificultades que han sufrido los compositores desde los inicios del oficio. También ilustra la necesidad de que el compositor sea emprendedor y esté informado sobre el funcionamiento interno de la industria, aunque su tarea principal sea crear obras de arte.

La Ley de Derechos de Autor de 1909 y la creación de la ASCAP

La Ley de Derechos de Autor de 1909 fue un hito legislativo que, además de ampliar la duración de los derechos de autor, otorgó protección a las interpretaciones musicales y a las reproducciones de composiciones en mecanismos como rollos de pianola y fonógrafos.

Esto benefició a los compositores, ya que sus posibles fuentes de ingresos quedaron registradas en la ley. Los rollos de pianola condujeron a la creación de los regalías mecánicas, que más tarde se convertirían en los derechos pagados por la venta de discos.

Sin embargo, surgió la necesidad de contar con una entidad que rastreara y recaudara las regalías por las interpretaciones en vivo de las obras protegidas por derechos de autor.

En 1914, compositores de big band como John Philip Sousa e Irving Berlin se unieron para crear la Sociedad Americana de Compositores, Autores y Editores (ASCAP, por sus siglas en inglés). La ASCAP es una organización dedicada a pagar a los compositores por las interpretaciones públicas de sus obras. Fue la primera organización de derechos de ejecución pública (PRO, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos (ya existían en Europa).

Durante varios años, la ASCAP tuvo el monopolio del cobro de regalías por interpretación. Cualquier compositor que quisiera obtener regalías de interpretación por sus composiciones, no tenía más remedio que registrarse en ASCAP. Sin embargo, ASCAP era excluyente en su proceso de solicitud y era conocido por discriminar en función de la raza. Su reinado duró hasta que se creó Broadcast Music Inc. (BMI) en 1941.

El Callejón Tin Pan

Llamado así por el sonido metálico de los pianos, las cuadras de la calle 28 Oeste, entre Broadway y la 6ª Avenida, en Nueva York, se convirtieron en el centro de la composición y la edición musical estadounidense a principios del siglo XX. Al mismo tiempo que se desarrollaba la revolución industrial, fue aquí donde la composición de canciones se convirtió en un verdadero negocio.

Las editoriales y los fabricantes de canciones trataban de cortejar a los artistas de vodevil y teatro para que cantaran las canciones de sus catálogos, y las partituras se producían en masa. Aquí se escribieron algunas de las canciones más famosas de Estados Unidos, como "Take Me Out to the Ballgame" y "God Bless America". Y fue aquí donde florecieron las carreras de George Gershwin, Scott Joplin, Cole Porter y muchos otros.

"El Callejón de Tin Pan ha desaparecido. Yo le puse fin. Ahora la gente puede grabar sus propias canciones". -Bob Dylan

Antes de la década de 1960, los compositores solían hacer que sus obras fueran grabadas por artistas.

El compositor no era quien popularizaba sus obras. Los editores de música adquirían los derechos de autor de sus composiciones y los licenciaban a los sellos discográficos, que hacían que sus artistas grabaran las canciones. Por ejemplo, Elvis grabó en su mayoría canciones que no había escrito: "Hound Dog" fue escrita por Jerry Leiber y Mike Stollman. Y Aretha Franklin no escribió "Respect", sino Otis Redding.

La idea de que un músico escribiera e interpretara sus propias obras fue poco convencional hasta principios de los años 60, cuando algunas bandas y cantautores empezaron a cambiar las cosas. Durante sus primeros álbumes, los Beatles eran esencialmente una banda de covers.

Sin embargo, con el tiempo, Lennon, McCartney y su productor George Martin llegaron a ser notablemente experimentales en el estudio. Se convirtieron en el primer grupo de músicos de pop-rock conocido internacionalmente que componía e interpretaba principalmente su propio material original.

Al mismo tiempo, los músicos folk del Greenwich Village de Nueva York combinaban poemas de protesta con acordes. Pioneros como Woody Guthrie y Pete Seeger inspiraron a Bob Dylan y a otros como Joan Baez, Judy Collins y Phil Ochs, que crearon efectivamente el concepto de cantautor.

Estos músicos cambiarían para siempre el negocio de la composición de canciones. Aunque hoy en día, el modelo tradicional de escritores que escriben para los artistas todavía sobrevive en el mundo del country y el pop, es muy común que las bandas y los cantautores compongan e interpreten sus propias obras musicales.

Mercados para la composición

No es necesario vivir en Los Ángeles, Nueva York o Nashville para ser compositor. Sin embargo, el negocio de la concesión de licencias de canciones para su uso en grabaciones, interpretaciones y obras audiovisuales tiene lugar principalmente en estos lugares. La mayoría de las editoriales, organizaciones de derechos de ejecución pública, grupos de defensa (link required), sellos discográficos y otras empresas influyentes en el negocio tienen su sede en estas ciudades, y es importante conocer las oportunidades que puede ofrecer cada ciudad, así como las diferencias entre ellas.

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Compara las estimaciones del costo de la vida aquí.

Estas ciudades no representan, desde luego, una lista completa de los lugares en los que hay que residir para tener éxito en la composición de canciones. Con talento y espíritu emprendedor, cualquiera puede tener éxito en cualquier lugar.

Sin embargo, es inevitable que un compositor acabe relacionándose con los protagonistas de la industria que residen en las ciudades mencionadas, por lo que resulta útil pasar tiempo o vivir en una de ellas.

Este es un gráfico extraído de nuestro Informe de la Industria Musical de 2020 en el que se proyecta el crecimiento del empleo en el sector de la música en las ciudades más importantes.

A continuación se explica un poco más la importancia de una red profesional para el sustento de un compositor.

La importancia del networking

La música es un negocio orientado a las relaciones. La composición de canciones es un arte muy personal, y las relaciones comerciales que se establecen en torno a ellas también lo son. Parte de lo que hace que un compositor tenga éxito es la red profesional que construye. No basta con tener canciones originales increíbles y un talento de primera para ganarse la vida como compositor. Como dice este artículo antiguo pero aún relevante de American Songwriter:

"La mayoría de los editores dependen de las referencias de fuentes de confianza o del boca a boca para atraer la atención de un nuevo compositor. Un editor musical es una persona de negocios que mantiene un horario de oficina regular y tiene una agenda muy ocupada que incluye tanto los negocios como la familia. Muchos de ellos no tienen tiempo para salir después de las horas de trabajo, y ninguno tiene tiempo para atender a personas que llegan sin cita previa o para escuchar cintas no solicitadas por varias horas. Y seamos sinceros, ¿quién querría hacerlo? ¿Lo harías tú? Tienen que ser selectivos sobre a quién o a qué prestan su atención".

Es necesario que cualquier compositor desarrolle relaciones sólidas y genuinas con los protagonistas de la industria musical para ser escuchado.

Esto significa participar en rondas de escritores y asistir a espectáculos, investigar y conocer a las figuras clave de la industria y programar composiciones en conjunto.

A continuación se ofrece una lista de los diversos recursos de networking disponibles para los músicos y los profesionales de la industria:

Conferencias específicas para compositores

Tin Pan South
ASCAP “I Create Music” Expo
AmericanaFest
Folk Alliance International Conference
SESAC Bootcamp
Durango Songwriters Expo
TAXI Road Rally
The Kaui Music Festival
West Coast Songwriters Conference
Songpreneurs Nashville

Festivales de Cine

Los festivales de cine para películas independientes son una gran manera de que los compositores hagan conexiones que podrían acabar dándoles oportunidades de sincronización.

Sundance
Tribeca
Cannes
Woodstock Film Festival
Nashville, LA, and New York Film Festivals

Conferencias Sobre la Industria Musical

Music Biz
Midem
Musexpo
DIY
South By Southwest

Para obtener una lista completa de conferencias y eventos musicales, consulta estas listas:

Synchblog (orientado a la sincronización y la tecnología)
SESAC
Eventos de compositores de Music Connection
Clasificaciones y descripciones de opinión de Moses Avalon

Trámites de derechos de autor

Registro

El registro de los derechos de autor de una composición puede ser una herramienta útil para ayudar al compositor a proteger mejor sus derechos.

Para obtener más información sobre estas ventajas, consulta nuestra guía sobre el registro de los derechos de autor. O, para registrar una obra, haz clic aquí.

Co-escrituras, colaboraciones y divisiones de trabajos en conjunto

En el negocio de la composición, la co-escritura es muy frecuente. Es habitual que una canción pop tenga más de cinco escritores y que el sello discográfico negocie para que el artista grabador aparezca en los créditos de la canción, aunque no tenga ninguna participación en la escritura real de la composición.

En el mundo del country de Nashville, especialmente, la co-escritura es la norma. Todas las editoriales de Music Row cuentan con "salas de escritores" en las que los compositores colaboran con independencia de su editor, sello discográfico o afiliación a una PRO.

Por ello, es importante la forma en que la ley de derechos de autor trata las obras en conjunto:

  • En ausencia de un acuerdo formal, la propiedad se divide por igual entre cada compositor. Sin embargo, en la mayoría de las circunstancias profesionales, se establecen acuerdos formales. Las negociaciones para la división de la propiedad pueden ser un proceso largo en el que participa el equipo del compositor (editor, abogado, etc.), dependiendo del género.
  • También debe haber intención por parte de todos los escritores de crear una canción unitaria y completa para que se apliquen las disposiciones sobre la obra conjunta. Por ejemplo, si un guitarrista pensó que las notas de la cantante en su cancionero eran letras y las utilizó para crear una canción, pero la cantante sólo pretendía que esas palabras fueran poemas, no hay una canción creada conjuntamente.
  • Cada contribución individual a la obra debe ser patentable en sí misma. Si alguien se limita a contribuir con el título de la canción, no puede tener la propiedad de la misma, porque un título por sí mismo no es más que una idea general y poco original.
  • Cada autor conjunto tiene derecho a licenciar de forma no exclusiva toda la canción. Esto significa, por ejemplo, que cualquier compositor puede firmar con cualquier PRO, y esa PRO puede licenciar la canción a quien quiera. "No exclusivo" significa que la licencia concedida por el propietario parcial de la canción no puede limitarse a ese licenciatario (ejemplo: un compositor con una quinta parte de la propiedad no podría conceder por su cuenta una licencia de sincronización exclusiva para que la canción se utilice en una película o anuncio importante).

Una nota sobre el "toplining"

Se trata de la práctica de componer una letra y un gancho sobre un ritmo y una línea de bajo. Esta práctica, ahora común, surgió junto con la llegada de la tecnología digital, y se produce cuando los artistas de pop o hip hop van a crear sus álbumes en el estudio de grabación.

Es importante señalar que el toplining se considera a los ojos de la ley de derechos de autor del mismo modo que la co-escritura tradicional, aunque el toplining se produzca durante el proceso de grabación.

Derechos de rescisión

De acuerdo con la Ley de Derechos de Autor de 1976, los compositores pueden solicitar que se les devuelva la propiedad de sus canciones después de cierto tiempo.

Aunque hay limitaciones y condiciones que deben cumplirse, por lo general el compositor puede rescindir y recuperar la propiedad de una canción 35 años después de su creación.

Esto significa que los escritores (como Paul McCartney) que han escrito canciones clásicas que siguen siendo populares durante décadas pueden cosechar los beneficios más adelante si previamente han cedido los derechos a otra entidad como una editorial musical.

Acuerdos de edición

Las personas que quieran vivir de la composición de canciones entrarán inevitablemente en contacto con editoras musicales, ya sea que lleguen a firmar un contrato con una de ellas o no.

En la guía para la edición musical encontrarás una descripción más completa de los acuerdos de edición, pero a continuación te ofrecemos un breve resumen de los tipos de acuerdos que puede encontrar un compositor.

Composición Exclusiva

Un acuerdo de composición exclusiva es un acuerdo en el que el compositor firma un contrato que le obliga a escribir un número específico de canciones en un periodo de tiempo concreto. Por ejemplo, un compositor puede acordar escribir (o coescribir) entre 10 y 20 canciones al año para el editor. Este tipo de acuerdos son más tradicionales y menos comunes hoy en día.

Acuerdo de Canción Individual

En este acuerdo, el autor simplemente acepta transferir la propiedad de los derechos de autor de las canciones que ya existen a un editor.

La transferencia de la propiedad puede ser de una canción, de varias o de todo un catálogo. Por ejemplo, Sony ATV posee los derechos de autor de canciones escritas por Bob Dylan, Lady Gaga, Taylor Swift, Willie Nelson y muchos más. La compañía vendió recientemente todo el catálogo de Bruce Springsteen a Universal Music Publishing Group.

Trabajo Realizado Por Encargo

En estos acuerdos, la empresa editora es propietaria al 100% de las canciones escritas por el autor de acuerdo con el convenio. La empresa figura como autora de la obra, en lugar de ser el propio autor.

El autor de la canción suele recibir una cantidad única por el trabajo realizado en virtud del contrato. Cuando uno se encuentra ante la oportunidad de firmar un acuerdo de edición, es fundamental tener en cuenta si ese acuerdo es de trabajo realizado por encargo, ya que el compositor pierde todos los derechos sobre la canción.

El trabajo realizado por encargo es habitual en los contratos de cine o televisión.

Administración

En los acuerdos de administración, el compositor conserva la plena propiedad. A pesar de no tener la propiedad, los editores siguen realizando todas sus tareas habituales con respecto a la canción.

En lugar de cobrar las regalías generadas por la propiedad de los derechos de autor, el editor se queda con un porcentaje de las ganancias de la canción, que suele oscilar entre el 10% y el 25%.

Estos acuerdos son cada vez más comunes, ya que los acuerdos tradicionales de los compositores son menos viables para el compositor promedio.

Coedición

Un acuerdo de coedición significa que mientras el editor musical tiene la propiedad de los derechos de autor y administra su explotación, otro editor (posiblemente la propia empresa del compositor) controla el resto del porcentaje atribuido al editor.

Este tipo de acuerdo suele darse cuando los compositores establecidos firman para trabajar con un determinado editor. Este acuerdo proporciona al compositor más influencia y dinero, ya que mientras el compositor sigue recibiendo el 50% de la cuota de autor, su entidad editora (o de quien sea) también recibe una parte del 50% de la cuota de edición.

Flujos de Ingresos

Licencias mecánicas y regalías

Las licencias mecánicas conceden al licenciatario el derecho a grabar y distribuir la canción de un compositor. Esencialmente, el licenciante está dando a alguien la oportunidad de crear su propio derecho de autor de grabación sonora utilizando un derecho de autor de composición existente.

Cuando se cumplen ciertas condiciones, cualquiera puede obtener una licencia mecánica obligatoria para reproducir y distribuir una canción de un compositor. Posteriormente, los licenciatarios pagan al editor musical (a través del Colectivo de Licencias Mecánicas, la Agencia Harry Fox o de las sociedades de gestión colectiva MRI) una tasa de regalías determinada por el gobierno, que luego reparte ese pago con el compositor.

Regalías por ejecución

Para recaudar los derechos de autor por las interpretaciones públicas de sus obras, los compositores firman acuerdos con organizaciones profesionales como ASCAP, BMI, SESAC y GMR. Las PRO conceden licencias generales a una amplia gama de usuarios, entre los que se encuentran las emisoras de radio tradicionales, las cadenas de televisión, los servicios de transmisión digital no interactiva como Pandora y Sirius XM, y los recintos.

Estas licencias permiten a los usuarios finales interpretar todo el catálogo de la PRO a cambio del pago de derechos. Los regímenes de regalías varían entre las PRO, pero en su mayoría se basan en un sistema de porcentaje proporcional según el tipo de actuación.

Por ejemplo, una actuación en la radio de los 40 principales probablemente se valora más que una actuación a través de Pandora en una cafetería.

La PRO envía entonces la mitad de los derechos al editor y la otra mitad al compositor.

Acuerdos de sincronización para obras audiovisuales

Las licencias de sincronización se conceden cuando una composición se va a utilizar en una obra audiovisual, como una película, un programa o anuncio de televisión. Se trata de honorarios únicos, y suelen ser facilitados por el editor musical del compositor (los escritores no contratados también tienen formas de llegar a estos acuerdos, a través de empresas de licencias musicales).

Las empresas de supervisión musical, por su parte, son intermediarias entre las productoras y los editores. Los supervisores suelen encargarse de proporcionar a las productoras canciones con licencia para su uso en obras audiovisuales.

Por ejemplo, una productora que produzca una película de gran presupuesto en Hollywood contratará a una empresa de supervisión musical para que cubra determinados puntos de la película en los que se necesite música.

Las empresas de supervisión, a su vez, trabajan con los sellos discográficos y los editores que poseen los derechos de las obras para conseguir las licencias.

*Puesto que publica millones de obras audiovisuales en su plataforma, YouTube es un participante importante en la concesión de licencias musicales utilizadas en los vídeos. Consulta nuestra guía completa de YouTube para obtener más información.

Grupos de Defensa

Hay muchos grupos que defienden y representan a los compositores y a los editores de música en conflictos relacionados con los derechos de autor, las licencias y las cuestiones comerciales en general. Aquí hay un enlace a otra de nuestras guías que los describe con un poco más de detalle.

Compositores Destacados

La historia de la música está repleta de compositores que cambiaron nuestra forma de ver la música. Desde Lennon y McCartney hasta Max Martin, los compositores y autores de canciones han moldeado la cultura y la sociedad con sus palabras y su música.

Para saber más sobre algunos de los compositores y autores más influyentes de la historia de la música y sobre algunos de los escritores que crean los éxitos actuales, consulta estos artículos:

Los 100 mejores compositores de todos los tiempos según la revista Rolling Stone
A quienes considera NPR que Rolling Stone omitió
Los mejores compositores del momento según LA Weekly

Recursos y Publicaciones Útiles

Billboard
Los 75 mejores blogs y sitios web de composición que los compositores deben seguir en 2018
ASCAP
BMI
SESAC
GMR
Digital Music News
American Songwriter
Music Business Worldwide
Music Connection
Coalición por el Futuro de la Música

Fuentes:

https://www.britannica.com/biography/Stephen-Foster
https://www.nytimes.com/2008/10/19/nyregion/thecity/19disp.html
https://www.npr.org/sections/thetwo-way/2016/10/13/497780610/bob-dylan-titan-of-american-music-wins-the-2016-nobel-prize-in-literature
https://americansongwriter.com/1995/01/getting-your-songs-heard-network-be-professional-and-be-prepared/
http://americansongwriter.com/2014/07/nashville-songwriters-survival-guide/
http://americansongwriter.com/2014/05/songwriters-new-york-city-survival-guide/
http://www.miaminewtimes.com/music/miami-concert-calendar-june-11-through-june-17-10424168
https://www.npr.org/sections/therecord/2017/02/24/516904340/the-struggles-of-austins-music-scene-mirror-a-widened-world
https://www.chooseatl.com/music
http://www.seattlemag.com/article/best-live-music-venues-seattle
http://chicagoist.com/2013/12/04/the_best_music_venues_in_chicago.php
https://careers.stateuniversity.com/pages/7981/Songwriter.html
https:/https://www.bmi.com/creators/detail/songwriters_and_copyright
https://www.nashvillesongwriters.com/royalties-rights-summary
https://www.findlaw.com/smallbusiness/intellectual-property/songwriter-tips-for-copyright-credit-and-royalties.html
https://www.copyright.gov/music-modernization/educational-materials/musicians-income.pdf

Compuesto por:

Luke Evans, Mamie Davis, Jacob Wunderlich, Rene Merideth, Jeff Cvetkovski y Aaron Davis. Traducción: Ana Berberana, Maria Lozano, Rafa Cazares.

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